Inés (Mercedes Morán) busca acercarse a Ricardo (Víctor Laplace) para hablar sobre su “affaire” con Álvaro (Martín Seefeld) Pero el juez se hace el desentendido y actúa como si nada hubiese ocurrido. 
Por otro lado, la abogada recibe la visita de su hermana Beatriz (María Leal) Su presencia no le “cae en gracia”: el grado de perfección de Beatriz en todos los órdenes de la vida siempre atentó contra la independencia y felicidad de Inés: sus excesivos controles, críticas y correcciones lograron instalar celos y cierto malestar en la relación. Pero, con esta breve convivencia, Inés descubrirá que “no todo lo que reluce es oro”.
En el plano personal, Dolores acepta que Mariano (Gonzalo Heredia) se convierta en su “instructor de manejo” para obtener finalmente la licencia de conducir, una de las “pocas materias” que le faltan a la abogada para sumar mayor autonomía e independencia a su vida. Y, entre clase y clase, un nuevo acercamiento se producirá entre ellos…
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Las tres abogadas comenzaron este episodio despertándose de formas totalmente diferentes: Inés, en la casa de Álvaro y apuradísima por irse; Mía, diciéndole a Federico que se vaya para no crear falsas expectativas en Mateo; y Dolores, con su primo meditando al costado de la cama. Las formas fueron diferentes, pero las tres quedaron exaltadas.
En primer lugar y aunque se torne cada vez más insostenible la situación, Inés continúa con su “doble vida” entre Ricardo y Álvaro. Pero finalmente la abogada “explota” y decide confesar su secreto mejor guardado contándole todo al juez. 
Mientras tanto, Dolores debe lidiar con la vuelta de Mariano al estudio. Él está preocupado porque quieren hipotecar el club de su barrio y junto a su novia Lily intentan hacer todo lo posible para salvarlo. Dolores se ofrece a ayudarlo y aprovecha la oportunidad para conocer más a “su rival” y acercarse nuevamente a Mariano: organizan una peña a beneficio en el club en la cual Germán realiza un divertido número de “Stand up”. 
Por otro lado, Mía se reconcilia con Federico. Pero los fantasmas del pasado se niegan a desparecer del todo: la confianza aún no ha vuelto a asentarse en la pareja y la abogada termina revisando agendas y mails para asegurarse en qué anda su marido.
El sábado por Canal Trece se transmitió el evento "Un sol para los chicos" desde el Luna Park.
Mía recibe en su casa a su “supuesto” padre “Tono” (Oscar Ferreiro). Allí está también Federico quien comienza a increparlo por haber abandonado durante tanto tiempo a su hija. Mía se conmueve ante la actitud de su ex marido, hecho que provocará un nuevo acercamiento entre ellos…
El decimoséptimo capítulo fue uno de los más tristes y, a la vez, divertidos en lo que va de Socias. Las tres abogadas demostraron que se unen ante las adversidades.La verdad no se esconde, las mentiras se terminaron y enfrentarse a la realidad se va poner muy difícil.
En este capítulo, las tres abogadas se alojan en un hotel para participar de un congreso llamado “Mujeres por la justicia”, en el que Dolores (Nancy Dupláa) va a participar como oradora.
La casualidad (¿o el destino?) provocará encuentros inesperados (y, por que no, íntimamente deseados): Inés (Mercedes Morán) volverá a ver Álvaro (Martín Seefeld), ya que el cirujano asiste a un congreso médico en el mismo lugar. Nuevamente ella sufrirá una fuerte movilización interna.
Dolores se reencuentra con Mariano (Gonzalo Heredia) quien volvió de Chicago sin avisarle. La abogada se pone feliz al verlo, pero la alegría le dura poco: el joven no volvió solo, sino que tiene una nueva novia, Lily (Mariana Richaudeau). Esta noticia devasta a Dolores.
Mientras tanto Mía (Andrea Pietra) busca la manera de combatir el aburrimiento que le produce el tan mentado simposio: decide abandonarlo y sumarse a otro que versa sobre “sexo tántrico”. Allí, el profesor induce a los asistentes a meditar y a que se concentren en construir su hombre ideal. Y a Mía, la primera imagen que se le viene a la mente es la del … Pato Donald!!!
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El día no empezó bien para Inés y menos para Ricardo, quien tuvo un nuevo ataque de pánico debido a los disgustos, de los últimos días. Ella junto a su hija Vicky, fueron al obstetra donde se encontraron, inesperadamente, con Lucrecia, quién espera su segundo bebé.
Dolores tampoco desayunó con buenas noticias. En el resumen de su tarjeta, robada hace varios días, figura un monto de casi 30 mil pesos, que no pertenecen a compras suyas. Germán la ayudó a rastrear una aparente empresa de compra y venta de electrodomésticos.
Junto a Mía encontraron el lugar, a cargo de Tono Cohen (Oscar Ferreiro), el cual aseguró no tener nada que ver con el tema. Obviamente, Mía lo investigó y parece ser su padre. Con esta duda sobre sus hombros, lo ayudó a escapar de la policía que ella misma había llamado, sólo para poder comprobar vía ADN, su supuesto vínculo.
Mientras su colega lidiaba con Cohen, Dolores tomó su rol y se dirigió a la casa de Mariano, para conocer a su madre enferma. A pesar de sus miedos, la charla la convenció para donar sangre para ella y para conocer algunas cosas del pasado de Mariano.
La terapia de familia de Inés fue atípica. En lugar de Ricardo participó Aldo, el padre de Vicky. Aldo congenió muy bien con Germán y todos observaron juntos la ecografía del nuevo integrante de la familia.
