
Por su parte, Mía no pudo afrontar la supuesta partida de Federico. En un ataque de nervios se desmayó corriendo por la calle y sorpresivamente pidió que llamen a Eva, la mamá de Dolores.
En el hospital, las tres socias volverán a estar juntas. Mía, internada, se refugiará en los brazos de Eva, como si fuera su madre. Se siente sola y no tiene a quién recurrir más que sus amigas.
Inés, quién acompañó a Vicky a controlar la salud de su nieto recién nacido, se encontrará con Álvaro después de un tiempo considerado. Para su desagrado, el doctor la trató como cualquier otra mujer, e inevitablemente sus nervios no pudieron ocultarse debido a esta indiferencia.
Dolores recibirá otro duro golpe. Adormecida por los somníferos confesó a su madre las ganas de ser mamá, pero Eva se vio obligada a contarle un gran secreto. Desde pequeña, los médicos dudaron de su fertilidad natural. Por lo pronto, sólo le queda la posibilidad de hacerse estudios y soñar con que su cuerpo evolucionó con el tiempo.
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