sábado, 26 de abril de 2008

Gonzalo Heredia

Pasadas las dos de la tarde, Gonzalo Heredia llega con cara de recién levantado a "Gómez", el bar de Palermo donde almuerza prácticamente todos los días. Aunque vive solo desde los 19 años y se jacta de cocinar bien, el galán de Socias -ahora de 26- prefiere hacerlo con más tiempo y dedicación. Además, está en plena mudanza a otro departamento en Palermo, a diez cuadras del actual. Entre las cosas que empacó, están las películas que ve siempre ("Toro Salvaje, Scarface, Underground, La Naranja Mecánica"), discos de rock nacional y la bibliografía completa de Pablo Ramos. "Recién terminé la Ley de la Ferocidad. Leo varias cosas, pero me gusta descubrir autores, los nacionales que no son tan conocidos, y leo todo junto", cuenta Gonzalo, que hace casi dos años está de novio con Mercedes Oviedo, actriz.
Antes de empezar a estudiar actuación con Julio Chávez, entre otros, Heredia trabajó en el taller mecánico de su papá y fue jardinero, kiosquero, repartidor de pan y paseador de perros. "De no ser actor, estaría en el taller de mi viejo o tendría un negocio de ropa en Av. Vélez Sarsfield o Mitre, en Munro, donde nací. Sería un busca", asegura.
¿Cómo es tu personaje en Socias?
Mi personaje se llama Mariano Rivas, es abogado y trabaja en el estudio del trío Morán-Dupláa-Pietra. Es sensible y tiene una relación de amor-odio con el personaje de Nancy. Siente una atracción intelectual por ella, pero sobre todo física.
¿Cómo fue besar a Nancy Du-pláa desde la primera escena?
Fue divertido. Para esas escenas tengo que tener una cierta comodidad y armonía porque, si no, se ve raro. Por suerte, ella es una persona genial, muy dada y crea un buen clima.
Hiciste cine y teatro además de tele, ¿qué te gratifica más?
Las tres tienen códigos diferentes y está bueno que un actor pueda transitarlas. El teatro es el actor al 100%, una situación viva. El cine es genial, se puede ahondar en los personajes. Y la tele te da un entrenamiento para resolver rápido que es único.
¿Y hasta ahora qué es lo que más te gustó de lo que hiciste?
La película Ronda Nocturna fue una bisagra para mí. No en mi carrera, pero descubrí herramientas que no sabía que tenía. Edgardo Cozarinsky pudo ver más allá de lo que muchos ven.
¿Cuánto te ayuda ser fachero?
Puede ayudar mucho. Siempre renegué de los personajes de canchero, no me siento así. Tampoco soy tarado, sé que puede ser una llave, pero no me gustaría darle al mismo clavo 20 años seguidos. Las cosas me aburren rápido.
¿A qué actores admirás?
A varios: Ethan Hawk, Michael Madsen, Jonnhy Deep. Y de los argentinos, a Leo Sbaraglia.
¿Cuál es tu objetivo en la actuación?
Antes quería ser el mejor y el más conocido, ahora me relajé. Me conformo con vivir de esto y contar buenas historias.
¿Qué es lo primero que le mirás a una mujer?
Las curvas. Pero me gusta descubrir la oscuridad de las mujeres. Cuando veo que en la mirada hay una oscuridad, perversión, un mundo propio.
¿Sos de tomar la iniciativa o la jugás de callado?
Primero trato de conectar con la mirada. Si hay conexión, vemos cómo seguimos. Si tengo que hacer otra cosa, trato de hacer un chiste. El humor siempre es una buena apuesta.
¿Tenés algo de metrosexual?
Hace un año y medio te hubiese dicho nada. Ahora estoy en un 20%. Me hago un baño de crema cada tres o cuatro meses, pero soy muy inconstante con las cremas. Ahora me cuido entrenando con mi amigo Matías, que me hace una rutina todos los días. En las comidas también trato de comer sano. Es por laburo. Odio entrenar, pero sé que son los gajes del oficio.
¿Cómo definirías tu estilo para vestir?
Según mi hermana Paula, es croto linyera, ja. No me produzco nada, lo máximo es ponerme perfume. En la ropa me gustan los colores oscuros y lisos, soy meticuloso en eso, pero ni siquiera combino bien.
¿Qué es lo que más te elogian las mujeres?
No sé, la voz.
¿Sos buen amo de casa?
Sí, no quiero alardear pero cocino bien, he conquistado por ahí también, improviso. Me gusta el cuidado de la casa. No soy ordenado pero siempre barro si hay mugre, y me gusta tener cierto orden en mi desorden. También me gusta regar las plantas y la jardinería, es una terapia.
¿Cómo te llevás con las mujeres de tu familia?
Fui criado entre mujeres. Era el único hombre del árbol genealógico. Además de mi hermana, estaban todas primas que me hacían cosas terribles: me disfrazaban, tenía que jugar a Xuxa y a otra serie de cosas que me dan vergüenza. Ahora la relación es buenísima. Me gusta el universo femenino, aunque es inmenso y, muchas veces, poco comprensible.

Fuente: Clarín.com

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