sábado, 21 de junio de 2008

Andrea Pietra + Mercedes Morán + Nancy Dupláa: "¡Hablamos todo el tiempo de comida!"

Las protagonistas de Socias lo reconocen sin vueltas: como a todas las mujeres, les preocupa verse bien. En una charla muy relajada cuentan que tienen en comun y en que son diferentes, como se llevan con sus parejas y con el paso del tiempo.

¿Cómo definen la relación que tienen? ¿Son amigas, futuras amigas, compañeras de trabajo?

N.D.: Se gestó una relación espontánea y de buena calidad. Nos llevamos muy bien, hablamos mucho, nos divertimos. Somos muy buenas compañeras de trabajo.

M.M.:
Además tenemos ganas de vernos fuera del trabajo. Cada vez que pinta un plan extra laboral lo vivo con mucha ilusión. El viernes vamos a ir al teatro y a comer con los maridos.

N.D.:
Nos gusta salir con los maridos.

A.P.:
Nosotras hacemos planes de parejas. Los días que grabamos juntas somos como tres adolescentes de secundaria.

M.M.:
Estamos en ese momento de descubrir los gustos que tenemos en común. Nos pasamos muchos datos de restaurantes porque somos las tres comilonas (risas).

N.D.:
Nos gusta mucho morfar.

A.P.:
Estamos disfrutando mucho el programa. Se ha formado una comunión. Este programa tiene un espíritu de cooperativa.

¿Qué más tienen en común?
A.P.:
Tenemos elecciones de vida parecidas en algún punto.

¿Por ejemplo?
A.P.:
A las tres nos gusta estar mucho en nuestras casas, no somos salidoras ni eventeras. Estamos emocionalmente estables: tener una pareja y una casa a donde querer volver, también nos une.

¿Se cuentan cosas de la vida cotidiana, lo que las ponen de mal humor, lo que traen de casa?
A.P.:
Sí, en los ratos libres nos tomamos unos mates. Chusmeamos como tres mujeres que se llevan bien y compartimos cosas.

¿Cuáles son los temas de los que más hablan?
N.D.:
De actualidad, de política, del campo, la pareja, de los hijos, de tratamientos de belleza, de ropa, de comida.

¿Otra vez comida?
A.P.:
Y de toda la gimnasia que hacemos después para bajarla.

M.M.:
Hablamos de cine, música, viajes, de las otras actrices.

¿Hablan de otros? ¿Critican?
M.M.:
Hay un día que a veces nos toca. Tiene que coincidir que estemos las tres juntas y que hayan salido las revistas. Hacemos peluquería. No se salva nadie (risas).

N.D.:
Es un momento divertido.

M.M.:
Cuando uno ve en la tele algo, hay que comentarlo.

N.D.:
También hay gente que escucha cosas y nos cuenta (risas).

¿Es lindo criticar un ratito?
M.M.:
Es lindo, pero con cierta intimidad, cuando una está en confianza. Confiamos mucho en nosotras, criticamos groso (risas). Las tres, a puerta cerrada.

Las relaciones de a tres pueden ser complejas. Por ejemplo, alianzas. ¿Cómo se sobrelleva?
M.M.:
Hay cosas que tienen en común ellas, otras nosotras dos. Está bueno el triángulo. Habrá que ponerlo en práctica, en general digo (risas)

¿En qué se ven muy distintas?
M.M.:
A Nancy la veo súper sexy. Yo soy como la señora mayor.

N.D.:
(grita) ¡Ay, qué mentira! Es la más adolescente de las tres.

A.P.:
Mercedes es muy divertida, que no se haga la seria porque no se lo cree nadie.

M.M.:
Divertida soy. Igual que no vengan a pedir consejos porque saben que se van al carajo (risas).

A.P.:
Ella es una persona muy lúcida, talentosa y muy generosa. Es humilde, no está arriba de nada.

N.D.:
Sos fácil (risas).

M.M.:
Andrea es la que nos cuida. Es anfitriona, organizada. Nosotras somos más enquilombadas.

¡Ay, se emociona Andrea!
A.P.:
Sí (risas).

N.D.:
Nosotras somos más caóticas en todo. En los horarios, en las organizaciones. Yo soy altamente desconcentrada. Tengo que hacer un esfuerzo para concentrarme.

A.P.:
Nancy nunca agarra un libro y se sabe la letra de toda la escena, yo ni en pedo.

N.D.:
Yo llego con la letra súper estudiada pero lo que no sabe es que la tengo que leer siete mil millones de veces la noche anterior antes de dormirme.

No se nota, parece que te saliera muy fácil.
N.D.:
No se nota, pero yo tengo muchas cosas que no se notan (risas). Mi personaje tiene una impronta muy segura y me está ayudando a compensar todo eso que yo no tengo.

A.P.:
Una mina que llegó hasta acá, que es protagonista hace un montón, que es una actriz bárbara, no es insegura. Pero ella se siente insegura. ¡Dejá tu speach! (risas). Eso se quedó en el pasado.

N.D.:
Es algo que siempre hace fuerza para quedarse.

¿Nancy es insegura como dijo?
A.P.:
(grita) ¡No!, para nada.

M.M.:
Una mujer insegura no podría tener la vida que tiene ella, la pareja que tiene ella ni el trabajo que tiene ella.

Ya está, te curamos en esta nota y no lo podés decir nunca más.
M.M.:
Que no lo diga pero que lo resuelva porque lo debe sufrir.

N.D.:
Sentirse insegura te hace perder oportunidades o de disfrutar algunos momentos. Es un resabio de cosas que hace fuerza por quedarse.

Cuándo hablan de temas femeninos ¿cuál les hace más rollo?
M.M.:
Lo estético, las arrugas.

A.P.:
Las gomas, la flaccidez, la edad en general. Hablamos de lo que morfamos, de que hay que caminar, hacer gimnasia.

¿No hablan de sexo?
N.D.:
No, no hablamos tanto de sexo. Hablamos de si comés sano, si hacés gimnasia&

A.P.:
Yo camino dos horas por día. Hay veces que vengo caminando desde Belgrano hasta acá.

M.M.:
¡Así estás! Está divina.

N.D.:
Tiene un lomazo.

M.M.:
Cuando no estoy trabajando hago de todo: yoga, gimnasio, nado. Pero a mí el trabajo me deja muy exhausta y me es difícil conciliar las dos cosas. Por eso como.

A.P.:
Comemos y bebemos.

¿Están enamoradas las tres?
A.P.:
¡Sí!

Una pareja feliz, ¿es la que se construye con el trabajo diario o es la que fluye naturalmente?
A.P.:
Al principio fluye, por eso te enamorás. Y después tenés un laburo diario. Es difícil convivir con otro: por eso me parece que el laburo diario es la charla, hablar de lo que a uno le molesta. Se va generando una limpieza para no ir acumulando porque sino un día lo matás porque lo odiás (risas). Hay cosas del otro que no te gustan pero las podés transar y otras que se pueden cambiar por el otro.

N.D.:
Hay un primer momento mágico. Todo fluye, es explosivo, y es ver día a día qué va a pasar y sorprenderte por las similitudes que hay entre los dos. Después empiezan a aparecer las diferencias y ahí es donde tenés que transar y evolucionar para que esas diferencias no te volteen sino que te unan más y te hagan reafirmar la elección. Está bueno porque una vez que pasás la barrera decís: "Me quedo acá". La barrera de aceptar las diferencias del otro, las mierdas del otro, las caídas del otro, el éxito del otro. Acompañar al otro y aceptarlo como es. Es maravilloso.

M.M.:
Hay que saber cuándo parar de trabajar para que no se te convierta en una carga, cuándo podés descansar en el otro y cuándo te tenés que poner las pilas porque tampoco es magia permanente. Pero ¿qué puedo decirte? Yo ahora estoy muy feliz, toco madera (risas). Le agradezco a diosito.

Cuando uno dice como Nancy: "Ya está, pasé la barrera", se viene todo abajo (risas).
A.P.:
Hay que ir viviendo el día a día. No estamos juntos por obligación. El día que no nos elijamos, no estaremos más juntos.
M.M.:
Es cierto lo que dijo Nancy, al principio de cada relación lo que te enamora son las cosas en común que tenés y después lo que te tiene que gustar son las diferencias. Aceptar al otro. Cuando decimos que buscamos el amor o la felicidad, vamos buscando que nos acepten como somos. Lo que es insostenible es crear un personaje para la satisfacción del otro y sostenerlo. Eso es una misión imposible. ¿Cuánto tiempo podés sostenerlo? Cuando uno puede relajar y se siente aceptada y amada, ahí es cuando no te querés ir más. Encontraste tu hogar, ese lugar donde sos la que sos con todo lo bueno y con esas partes inmostrables que el otro no sólo que las acepta sino que las puede amar.

A.P.:
Cuando encontrás una persona así no hay con qué darle. Para mí es fundamental divertirme, si no me divierto... Yo hago muchas cosas con Daniel, él viene a todos lados pero porque lo elijo.

M.M.:
Definitivamente las tres tenemos muy buenas parejas porque pudimos construir vínculos sólidos. Esto no implica que cualquiera de nosotras mañana pueda cambiar de estado civil.

N.D.:
Todo cambia (risas).

M.M.:
Hay una frase famosa: "¿Querés hacer reír a Dios? Contale tus planes" (risas). Uno planifica para no aburrirse, para olvidarse de que se va a morir. Es al pedo planificar. Dentro de un rato puede pasar algo. La vida es impredecible. Organizamos cosas para no angustiarnos y olvidarnos de que somos mortales (risas). Entre nosotras hablamos del paso del tiempo, del amor, los hijos, las parejas. Hablamos de otro modo. Estamos las tres en un momento muy existencialista.


Fuente: Clarín.com.ar

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